OOPART II: Los mapas de Piri Reis

Estamos en Estambul. Corre el año 1929, y las autoridades de la ciudad habían decidido proceder a la restauración del Palacio de Topkapi, que estaba formado por 10 mezquitas, 3 plazas de rezos, 74 baños turcos, y muchas dependencias más. El 9 de noviembre empezaron las obras.

Entre tanto revuelo producido por unas obras de tal magnitud, surgieron de las profundidades de los archivos del Palacio unos manuscritos polvorientos. El por aquel entonces director del museo profesor Halil Elem Eldel, revisando estos viejos manuscritos, encontró entre ellos dos mapas geográficos a color dibujados sobre piel de gacela. Estos mapas estaban firmados por un tal Piri Muhyi'l Din Re'is, conocido posteriormente como Piri Reis. Este individuo era ni más ni menos que un almirante de la flota otomana, autoproclamado sobrino del corsario Kemal Reis en la primera mitad del siglo XVI. Es decir, una especie de héroe en su tierra pero un pirata para el mundo occidental.

En palabras del propio Piri Reis, sus mapas contienen:
"Casi veinte mapas mundi y cartas trazadas en tiempos de Alejandro Magno, incluyendo la llamada Cuarta Morada, ocho Djaferie (mapas árabes), un mapa árabe de la India, un mapa trazado recientemente por cuatro portugueses en el que los países de Sind, India y China están dibujados con figuras geométricas y finalmente un mapa de las regiones occidentales elaborado por Colón".

Son mapas muy detallistas, elaborados utilizando un extraño sistema de proyección basado en la trigonometría esférica, y en los que se representan las costas atlánticas de España, Sudamérica, África y la Antártida. Los mapas fueron pintados uno en 1513 y otro en 1528.

Mientras Piri Reis estaba dibujando su mapa en Gallipoli, Colón ya había desembarcado en el Caribe catorce años antes. Piri Reis lo utiliza como fuente cartográfica para aquellas regiones. De Colón escribe:
"Pero Colón ha llegado hasta allí después de haber leído el relato de alguien que ya había estado al menos dos años antes de él". Y este es el primer misterio.

Otro misterio es el cómo dibujó la cadena de los Andes que no había explorado aún nadie, pintando además junto a los picos una llama, animal aún desconocido. ¿Cómo pudo reconstruir la cuenca amazónica, el río Amazonas y la Isla de Marajo, si Francisco de Orellana la descubrió oficialmente veintinueve años después? ¿Cómo sabía de la existencia de la Antártida, si no se descubriría hasta 76 años después cuando Sir Francis Drake descubrió un archipiélago austral, las Islas Isabel? ¿Cómo ubicó en longitud y latitud correctas a Sudamérica y África, si no fue hasta el siglo XVIII que no se pudo calcular con precisión la longitud al carecer de instrumentos lo suficientemente precisos?
Y si nos fijamos en lo que en un principio podíamos considerar errores, tras un estudio detallado vemos que no son tales. Por ejemplo, Piri en sus mapas repitió dos veces el curso del río Amazonas. Después de diversos estudios, se ha llegado a la conclusión de que copió de mapas distintos dos veces el mismo río: uno de ellos recoge la isla de Marajo en su delta; el otro no lo hace ya que está basado en una carta de hace se estima en 15000 años, cuando Marajo aún estaba unida al continente. Otro error pudiera ser la no aparición del río Orinoco. Piri Reis dibujó dos profundos entrantes en el continente, que debieron transformarse en el río hace miles de años.
24 años después de su descubrimiento, en 1952, Arlington H. Mallery, especialista en cartografía antigua e interesado en estos mapas, se percató de que lo dibujado en el mapa era real pero con deformaciones que al trasladarse por proyección sobre una esfera, desaparecen. Asímismo, descubre que el perfil antártico dibujado por Piri Reis corresponde exactamente al perfil de ese continente antes de la primera glaciación, es decir, hace unos 10000 años, cuando las aguas de los océanos eran unos 100 metros más bajas. ¿De dónde sacó esa cartografía? Piri Reis nunca se adjudicó la autoría de los mapas. Y si damos por válidos los descubrimientos, los mapas originales deben ser anteriores a que la Antártida se cubra de hielo, antes de la glaciación.
Este descubrimiento de Mallery viene apoyado además por el trabajo del científico espacial francés Maurice Chatelain. Según Chatelain, la deformación de las líneas de costa se debe a que el mapa “representaba una proyección plana de la superficie esférica de la Tierra tal y como podría ser vista hoy por un astronauta situado a una gran altura sobre Egipto”. Esto ha hecho que científicos de la talla de Chatelain defiendan que el mapa es una copia de otro mapa muchísimo más antiguo realizado desde la vertical de El Cairo.
¿Y por qué desde esta ciudad, desde este país? Piri Reis se valió de otros mapas antiguos que encontró en la Biblioteca Imperial de Constantinopla. Muchos de los mapas que había en la Biblioteca en el siglo XVI habían llegado allí gracias a los marineros fenicios. Éstos los pudieron estudiar en la Biblioteca de Alejandría, en Egipto. Aunque también hay que tener en cuenta que durante la Tercera Cruzada los venecianos asaltaron Alejandría, y fue justo a partir de entonces cuando muchos marineros italianos de esa zona empezaron a manejar mapas precisos.
¿Es este mapa otra prueba más de la necesidad de revisión de las fechas históricas admitidas actualmente por los historiadores ortodoxos? Todo parece indicar que sí.

A una nariz

Érase un hombre a una nariz pegado,
érase una nariz superlativa,
érase una nariz sayón y escriba,
érase un peje espada muy barbado.

Era un reloj de sol mal encarado,
érase una alquitara pensativa,
érase un elefante boca arriba,
era Ovidio Nasón más narizado.

Érase un espolón de una galera,
érase una pirámide de Egipto,
las doce Tribus de narices era.

Érase un naricísimo infinito,
muchísimo nariz, nariz tan fiera
que en la cara de Anás fuera delito.

Francisco de Quevedo (1580-1645)

Castillo de los Templarios (Tomar)

Estamos en Tomar, la última ciudad templaria fundada en 1160 por Gualdim Pais. Está bañada por el río Nabao, y con sólo adentrarnos en sus calles, descubrimos su traza medieval, y en ella encontramos un monasterio único en todo el continente: el Convento de Cristo. Esta ciudad fue uno de los lugares más importantes de Portugal. ¿Por qué? Para explicarlo, adentrémonos en su historia.



El personaje a partir del cual va a girar todo nuestro relato se llama Gualdim Pais. Hijo de Paio Ramires y de Gontrode Soares, nació en la región del Miño, al norte de Braga, en 1118. Combatió al lado del rey Alfonso Henriques (Alfonso I) contra los moros por la conquista del reino. Tuvo un papel destacado en la conquista de Santarém (1147) y en la de Lisboa (1149). Después de estas luchas, se embarcó hacia Palestina, donde participó en el Sitio de Gaza en 1153. Aquí permaneció cinco años, y fue ordenado como Caballero de la Orden del Temple.

Al volver de las Cruzadas, gracias a todas las hazañas realizadas, es nombrado cuarto Gran Maestre de la Orden del Temple de Portugal. Estamos en el año 1157. Tres años después, en 1160, Gualdim Pais ordena la construcción del Convento de Cristo y del Castillo de Tomar, que se convertirá en el Cuartel General de la Orden en Portugal. Se instalará en él en 1162. Gracias a este hecho, la ciudad de Tomar se convertiría en una de las más importantes del país, y el Convento de Cristo sería su símbolo.



En 1190, Tomar es asediada por los Almohades bajo el mando del califa Abu Yaqub Yusuf al-Mansur. El castillo estuvo cercado seis días y, a pesar del superior número de las huestes de Yusuf I, Gualdim Pais, a sus 72 años, consigue defender el castillo, impidiendo así la invasión del norte del reino por este lugar. Aún hoy la Puerta de la Sangre es memoria del más violento de eso combates.

Muere en Tomar en 1195, y sus restos descansan en la iglesia de Santa María do Olival, en Tomar.

Convento de Cristo

Como ya hemos dicho anteriormente, fue fundado en 1162 por el héroe, particular de no sólo Tomar sino de toda Portugal, Gualdim Pais, cuarto Gran Maestre del Temple de Portugal. El Convento se instaló en lo alto de una elevación que domina la planicie donde se extiende la ciudad. Está rodeado de las murallas del castillo. Tanto el castillo como el convento han sufrido algunas modificaciones a lo largo del tiempo.



Se comenzó construyendo una charola, conocida como Rotonda de los Templarios. Su forma octogonal imita el sepulcro de Jerusalén. En su interior encontramos diversos frescos, actualmente todos ellos en estado de restauración. Llama la atención el fresco del Cristo, que no presenta como un crucificado, sino como un Cristo vencedor y glorioso, tal y como lo representaban los templarios en sus obras.

Tenemos seis claustros: del Pan, de los Cuervos, de la Hospedería, de Santa Bárbara, del Cementerio, de las Abluciones y el Claustro Grande o Principal, con una fuente en forma de cruz templaria.

Con el infante D. Henrique el Navegante, Gran Maestre de la Orden desde 1418, se construyeron los claustros entre la girola y la fortaleza. Asímismo, bajo el reinado de Juan III de Portual (1521-1557) se construyeron tanto en la iglesia como en los claustros ricos floreados manuelinos, de ellos el más representativo de este estilo es la ventana de la fachada occidental, que podemos contemplar desde el Claustro de Santa Bárbara, y a la cual accedemos a través de la escalera de caracol que hay en el Claustro Grande. Añadir además que en la obra están presentes otros muchos estilos arquitectónicos, como son el románico, gótico, renacentista y, al que ya nos hemos referido anteriormente, manuelino.



Es una visita altamente recomendable. Para los amantes de los castillos y lo medieval, yo diría que obligatoria. El recinto es enorme (ir con bastante tiempo), y está muy bien conservado. Además, al no ser una de las zonas más turísticas de Portugal, se puede visitar sin mucho agobio.

Pues este es el Convento de Cristo, el último castillo templario de la cristiandad.

Cita II

"Pero cuando una larga serie de abusos y usurpaciones, dirigida invariablemente al mismo objetivo, evidencia el designio de someter al pueblo a un despotismo absoluto, es su derecho, es su deber, derrocar ese gobierno y proveer de nuevas salvaguardas para su futura seguridad y su felicidad."
Thomas Jefferson. Declaracion de Independencia. 4 julio 1776.
"¿Hasta cuándo el furor de los déspotas será llamado justicia y la justicia del pueblo, barbarie o rebelión?"
Maximilien Robespierre.

Otras citas:
Cita I

Citas de la semana

"Pero cuando una larga serie de abusos y usurpaciones, dirigida invariablemente al mismo objetivo, evidencia el designio de someter al pueblo a un despotismo absoluto, es su derecho, es su deber, derrocar ese gobierno y proveer de nuevas salvaguardas para su futura seguridad y su felicidad."
Thomas Jefferson. Declaracion de Independencia. 4 julio 1776.
"¿Hasta cuándo el furor de los déspotas será llamado justicia y la justicia del pueblo, barbarie o rebelión?"
Maximilien Robespierre.